Misofonía: la aversión al sonido

La palabra misofonía significa “odio al sonido”. A todos nos ocurre que hay sonidos qué consideramos desagradables, pero la personas que presentan este trastorno, muestran una hipersensibilidad a determinados tipos de sonidos cotidianos de baja intensidad, que no se escuchan lo suficientemente fuerte como para dañar el sistema auditivo y generar dolor.

La misofonía y la hiperacusia, aunque sean trastornos relacionados con poca tolerancia al sonido, no deben confundirse.

En la hiperacusia, los sonidos se perciben de una manera defectuosamente alta, pudiendo notar dolor al escucharlos, mientras que en la misofonía, son los patrones de sonido los que se hacen insoportables.

Para la mayoría de personas, estos sonidos que causan reacciones extremas y baja tolerancia en quien sufre misofonía, son poco significativos y no se les presta atención.

La persona misofónica puede sentirse irritada o incómoda, y mostrar un estado de estrés y rabia frente a sonidos ambientales repetitivos, como el tic-tac de un reloj, el goteo de un grifo, el tecleo de un ordenador, los sonidos producidos por electrodomésticos (neveras, hornos, lavadoras, ventiladores), o bien por sonidos emitidos por otras personas, como por ejemplo, al masticar, sorber, bostezar, carrasperar, etc.

Esto puede llegar a alterar su bienestar y calidad de vida, sus relaciones personales, y llegando, a utilizar estrategias como el aislamiento social, modificar sus hábitos, o usar tapones, auriculares o música, para no oír los sonidos irritantes.

 

Posible nuevo trastorno mental

La misofonía es un concepto reciente. No existen muchos estudios que puedan explicarnos sus causas y el grado de repercusión en la población.

Se hipotetiza que su posible causa sea neurológica, donde los estímulos auditivos, y en ocasiones visuales, son malinterpretados por el sistema nervioso central.

Se cree que la activación de neuronas asociadas a un estímulo auditivo estarían a su vez asociada a una experiencia irritante o estresante y a emociones negativas, siendo inmediata la reacción fisiológica a esos sonidos.

Sí se ha podido demostrar que las personas con misofonía, a diferencia de los individuos no misofónicos, muestran una reacción fisiológica inmediata cuando se les expone a sonidos que encuentran estresantes.

Otra hipótesis que se baraja, es que la misofonía esté asociada al trastorno obsesivo-compulsivo.

Por todo ello, se está considerando que la misofonía, podría ser uno de los nuevos trastornos mentales.

 

Tratamiento

Actualmente no existe un tratamiento que cure la misofonía. Sin embargo, las terapias psicológicas, igual que ocurre con los pacientes con acúfenos, pueden ayudar a la persona con misofonía a convivir con el problema y mejorar la situación.

La persona misofónica puede sentirse incomprendida y tratada injustamente como una persona desproporcionadamente sensible debido a sus exageradas reacciones.

Si se tiene dudas sobre si las reacciones fuertes a sonidos están provocadas por una misofonía, es básico acudir al médico para que se pueda diagnosticar y manejar la afrontación.

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